¿Cómo logramos que nuestro entorno hable de nosotros?

05/07/2019 | CIUDADANÍA |

Luciana Adé es diseñadora de interiores y recupera una serie de aspectos fundamentales para generar espacios que sean funcionales y, a la vez, nos identifiquen. En diálogo con La Ronda destacó la importancia de trabajar sobre los ambientes que habitamos a fin de impregnarlos de emociones que nos "den ganas de estar ahí".

Luciana Adé, diseñadora de interiores.

"El objeto o el lugar te tiene que servir pero también te tiene que gustar", explicó la emprendedora de Raíz diseño autóctono y contemporáneo a La Ronda. El año pasado, su obra "silla Mopy" obtuvo el primer premio del concurso Guanusacate 2018 en la categoría objetos de diseño. En su visita a este medio, Luciana abordó aspectos de gran valor para obtener resultados satisfactorios frente a la necesidad de ambientar o renovar un espacio. 


¿Por dónde empieza el trabajo?

Lo primero es conectar con el habitante del lugar y escuchar cuales son sus necesidades y deseos. Más que nada desde la problemática actual a resolver y en base a eso empezar a acomodarlo. A lo mejor uno tiene varias ideas dando vuelta pero, por lo general, la gente se queda más en cosas estéticas. En realidad yo siempre cuento que no va desde ahí sino desde el lado más funcional y resolver el problema. Poder conectar e identificar que es lo que te genera una emoción, una buena sensación para que te den ganas de estar ahí. 

¿Las personas necesitamos que los lugares hablen de nosotros/as?

Sí. Hay gente que a lo mejor no lo sabe o no se da cuenta por eso mi tarea es transmitir eso. Hay estilos de moda que se imponen y está buenísimo que eso suceda pero tiene que venir como respuesta a una necesidad, porque la moda pasa. Entonces siempre tiene que haber algo que te identifique. Es una conjunción del valor emocional de los objetos que nos rodean y que sea algo práctico y funcional en cuanto a la ergonometría, la circulación, la iluminación que hay en el lugar. Todo eso genera una atmósfera. La decoración es sólo un pedacito del todo.   

¿Qué ocurre cuando hay una necesidad de cambio constante?

Está bueno el cambio, es positivo. Generar cambios regenera la energía. Hay que tener cuidado y ver en cada caso si es porque no terminamos de sentirnos cómodos y encontrarle el porqué a eso: si hace falta correr algo de lugar o disminuir una mesa, si esto no va, no sirve o no lo estás usando...

También a veces uno va cambiando con el tiempo y algo que te servía en un momento te deja de servir y ya no tiene sentido que esté ahí, molestando nada más. 

¿Cuando algo pierde utilidad hay que tirarlo?

Ahí entra en juego el valor emocional que tienen los objetos. Cuando es algo que a la persona la identifica demasiado no se lo podés sacar. A veces también podés modernizarlo, intervenirlo o buscarle la vuelta para que siga estando. 

¿El tamaño que posee un ambiente es limitante para diseñar?

Después de la conversación con el cliente, lo primero que se hace es medir el espacio y todas esas cuestiones más técnicas de ergonometría que condicionan el diseño. Ahí entra en juego el poder de convencimiento del diseñador. Por eso se hacen imágenes en 3D o planos para que la persona termine de entender visualmente porqué es mejor resolverlo de otra forma. 

¿Algunos tips para tener en cuenta?

*Buena iluminación. Si el lugar te permite que haya iluminación natural sería lo primero por esto de la conexión con el exterior. En caso de que no haya, poder traer ese afuera adentro ya sea con vegetación, plantas, cuadros. 

*Circulación. Es sumamente importante que uno pueda circular tranquilo. Calcular cuantas personas habitan en el lugar y si sobran cosas poder reverlas. Hay veces que te das cuenta de que en una semana te chocaste con una punta de la mesa tres o cuatro veces. Prestar atención a esas pequeñas cosas que te dicen "acá hay un error" para poder acomodarlo. 

*Que el espacio te identifique. Siempre hago hincapié en esto: que haya algo que te genere ganas de estar ahí. El objeto o el lugar te tiene que servir pero también te tiene que gustar. Tenés que poder contemplarlo para que te de esa plenitud de decir "quiero estar acá". Que te den ganas de habitar ese lugar, de volver y seguir ahí. 

¿Luz cálida o luz fría?

No es que está bien una u otra cosa sino que depende de la actividad que se realiza en el lugar y de la intención que se quiere lograr. Por ejemplo: vas a ver un restaurante que tenga mucha luz blanca, que es fría y no está mal, y otro que utilice luz tenue y también está bien. La diferencia nace de cuál es el modelo de negocio que tiene ese lugar. A lo mejor el que tiene mucha luz quiere generar cambio de clientes, que se sientan observados, estén un ratito y quieran salir para que llegue clientela nueva y el otro, busca que permanezcan en el lugar y genere la sensación de que siempre está lleno. 

¿Cómo se logra la identidad en espacios de uso colectivo?

Es distinto una zona de trabajo que una vivienda familiar. En el segundo caso se tienen que tener en cuenta todos los habitantes de esa casa pero tiene que haber un lugar en común donde pueda haber un poquito de lo que le gusta a cada uno y una zona de la que cada persona pueda adueñarse. 

En un lugar de trabajo la identidad tiene que ser la del modelo de trabajo y no algo personal. Siempre tiene que estar la intención de respetar qué hacemos, cuál es el fin, qué es lo que queremos transmitir cuando la gente nos visita, qué queremos contar, cómo queremos que se sienta esa gente y cómo queremos sentirnos todos acá.