Marisa Beiró estaba en el avión la noche del 31 de agosto de 1999 cuando ocurrió el accidente de LAPA. A 20 años de aquella catástrofe que se cobró la vida de 65 personas, Mariela cuenta su historia en La Ronda.
Marisa Beiró - Sobreviviente al accidente del LAPA
20 años se cumplen de unos de los episodios más triste de la historia argentina. Los pilotos del vuelo regular 3142 de LAPA omitieron extender los flaps provocando que el avión estrellara contra una casilla de gas.
En ese avión se encontraban el caroyense Ariel Rizzi junto a su pareja Diane Snyder quienes fallecieron al igual que otras 63 personas.
Marisa Beiró, sobrevivió al estallido y relató en La Ronda cómo fueron los meses posteriores al accidente.
Cuando la muchacha estaba en el hospital se encontraba en estado crítico reservado con el 65% de su cuerpo quemado y asegura que “nadie daba una moneda por mi vida”. “Tuve que pelearla mucho para que no me agarre ninguna infección de nada. Todo era vulnerabilidad, era cosa del azar que no me agarrara ninguna infección”, relató Marisa y recuerda que antes de que le den el alta tuvo que lidiar contra una infección interhospitalaria aumentando 20 días más su estadía.
Una vez instalada en su casa, y luego de un gran recibimiento por parte de sus vecinos, Marisa comenzó a sentirse mal debido a un coagulo que se le había formado en el pulmón por tanto tiempo de estar quieta, lo que le valió casi un mes más en el hospital.
Mariela cuenta también que desde “el momento número uno” fue atendida por psiquiatras todos los días pero una vez dado el alta sintió que no le hacía falta más el tratamiento: “Me sentía bien y asumiendo las cosas. Yo entiendo la labor del psiquiatra pero sentía que tenía una óptica diferente a la mía porque yo tenía las cosas asumidas”
Sobre como es vivir con ese recuerdo, la empresaria comenta que lo toma como parte de su vida, como si hubiera nacido con eso. Además cuenta que recibe numerosas comunicaciones para aconsejar a personas que no están pasando un buen momento: “Me llaman porque a algún familiar le ha ocurrido algo bueno, supieron de mi vida y me preguntan ¿cómo hago? Un concejo, un experiencia vivida le puede servir al otro”