El conflicto de la autovía en todo el cordón de Punilla continúa creciendo con irregularidades. Por un lado, en relación al trazado de la autovía, que busca pasar primero por un sector de sitios ancestrales arqueológicos que están protegidos por Ley. Y por otro, en relación a la violencia policial creciente en la región.

Gabriela Taborda Varela, es integrante de la Asamblea de Vecinas y Vecinos de Punilla, de  la Mesa Provincial de Trabajo por los DDHH, Comunicadora social y Psicóloga social. En comunicación con La Ronda, relató el ataque policial a Franco, nieto de Abel Méndez, uno de los vecinos que está siendo forzado al desalojo. 

“A raíz de que frenamos a las máquinas por ese lado, las máquinas quieren avanzar por el otro lado y ahí es donde afecta a familia Méndez” explica Taborda Varela en relación a los ataques sucedidos el fin de semana. 

El trazado de la autovía se modifica pero continúa afectando a las familias, Gabriela cuenta la situación que vive la familia Méndez: “hace más de un mes que les han notificado que tienen que dejar la casa, que los van a expropiar porque por ahí pasaría la traza de la autovía, el que sería el propietario original del terreno que es el señor Arriaga, ya de alguna manera arreglo con Camino de las Sierras para vender su campo, sin haber tenido una previa conversación con Abel Méndez, hace 40 años que vive ahí y trabaja en el campo y es el único lugar que tiene para resguardarse”.

A partir de esta situación se desencadenan nuevos conflictos y se profundiza la violencia policial. A la familia Méndez le han cortado los servicios como el agua y la luz, y deben moverse hacia el pueblo para abastecerse. 

Franco, es nieto de Abel, “el sale el viernes a comprar y al regresar se encuentra con policías que no lo dejan ingresar a su casa” cuenta Gabriela, y “el sábado se va al pueblo para cargar la batería del celular y cuando regresa lo sorprenden 4 oficiales motorizados, con las motos de la policía, con pasamontañas, vestidos de negro, lo golpean, lo tiran, al suelo, le pegan patadas, dejándole como consecuencia 3 costillas quebradas, golpes en la cabeza, en un ojo, una muela floja, ante esa situación me llama, lo subimos al auto con mi compañero y lo llevamos al Hospital Domingo Funes donde fué atendido” explica Taborda Varela.  

Denuncian que en el Hospital no se cumplió con los pasos legales correspondientes, como garantizar la presencia de testigos, ni se realizó el pedido de un médico de policía judicial que acompañe todo el procedimiento de su revisión. Además tuvo que soportar preguntas como “¿qué hiciste para que te hicieran eso?”.

 Los vecinos y vecinas realizaron la denuncia en la Unidad Judicial de Cosquín.