El foco de incendio, que comenzó en el departamento de Ischilín, se expandió rápidamente hacia toda las localidades de la región y este fin de semana avanzó por el Valle de Punilla. Los fuertes vientos no ayudan a dar batalla a los incendios, intencionales, que son combatidos por bomberos/as, brigadistas, en su mayoría voluntarios, y civiles.
El incendio forestal desatado en el norte provincial, en Villa Albertina y Copacabana, que lleva más de una semana activo, arrasa con todo y se expande velozmente. En esas localidades varias dotaciones de bomberos voluntarios y civiles están trabajando arduamente, y con escasos recursos, para detener el foco y evitar que se siga quemando monte nativo, animales y proteger las viviendas de lugareños.
Este fin de semana, las condiciones climáticas no fueron ventajosas para trabajar por los fuertes vientos, y el fuego se desplazó hacia el Valle de Punilla. La zona más afectada es el cruce de ruta 17 y 38, abarcando principalmente las localidades de Capilla del Monte, Charbonier y alrededores de la ruta 17. En Cosquín y Pan de Azúcar la situación también es complicada. En ambos sectores son más de 150 personas evacuadas.
El “incendio más grande de los últimos doce años”, tal como lo denominó Defensa Civil, mantiene trabajando y en alerta a 4000 bomberos de la provincia y en vilo a familias hoy están en albergues esperando volver a sus propiedades.
La alerta de incendios en la provincia es extrema y las condiciones climáticas no son favorables, aunque se espera que alunas lluvias lleguen este miércoles para acabar con una sequía de más de 100 días.
Las cenizas y el humo no nos tienen que tapar que en Córdoba el 95% de los incendios son intencionales, relacionados con intereses de unos pocos, y que bomberos voluntarios piden colectas a la sociedad para poder reponer su equipamiento. Prevención y justicia fueron los primeros pedidos que se viralizaron, poniendo en la lupa la responsabilidad del gobierno provincial.