Las 37 familias de la calle 128, del barrio Malabrigo de Colonia Caroya, continúan sus reclamos para acceder a los servicios de agua potable y energía eléctrica. Desde las 18 horas marcharán desde la plaza de Las Peras hasta la municipalidad para exigir respuestas al intendente Gustavo Brandan.
Brisa y Mónica Quipildor - Familias de Malabrigo
El reclamo de las familias ubicadas en las viviendas de la calle 128, en Malabrigo, tendrá un nuevo capítulo esta tarde cuando marchen desde plaza de las Peras hasta la Municipalidad de Colonia Caroya.
La movilización apuntará a exigir al intendente Gustavo Brandan la firma de los permisos correspondientes para que la Cooperativa de Servicios Públicos pueda dotar de servicios básicos a las viviendas. Recordemos que tanto la Cooperativa como el ERSEP ya dieron el visto bueno para comenzar las obras.
Este conflicto, que se intensificó desde septiembre cuando vecinos y vecinas de Malabrigo cortaron la ruta 9, parecía encauzarse tras acordar crear una mesa de diálogo y trabajo para la pronta solución definitiva al reclamo de las familias, pero pocos avances hubo.
Brisa Quipildor, vecina del barrio, catalogó como “decepcionante” las mesas de trabajo que se realizaron. Sobre la última, en la cual participó el Concejo Deliberante, exclamó: “Nosotros íbamos con la expectativa de solucionar los problemas, en busca de respuestas favorables, no de trabas que ya conocíamos”. Los ediles argumentaron que es una “zona roja que no pueden estar más de dos casas” situación conocida por las familias y por lo cual buscan respuestas.
“No buscábamos cambiar la ordenanza, buscábamos una solución y ellos más que nadie podían darnos esa solución pero no hubo predisposición del Concejo”, señaló.
“Nosotros estamos viviendo hace 7 años sin luz y aguas, es fundamental el apoyo de la gente, eso nos fortalece mucho como barrio y para seguir luchando por lo que necesitamos y merecemos”, expresó la joven de 18 años y una de las referentes de la lucha.
Las familias explican que la situación se complejiza con las personas diabéticas o dependientes de algún medicamento que requiera refrigeración o el propio riesgo de iluminar con velas las viviendas ya que se pueden producir incendios.
Si bien el municipio brinda camiones con agua, esta no es apta para consumo y muchas veces ni siquiera para poder bañarse. Además, los camiones no ingresan al lugar los días que las calles quedan anegadas por las lluvias.
Por último, Mónica, mamá de Brisa resaltó: “Quiero aclararle a toda la gente, que la mayoría hemos pagado el terreno y no es que queremos que nos den gratis. La luz nos cobran en dólares para hacer la obra”.
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