Se trata de un proyecto artístico educativo que nació en las escuelas rurales de Córdoba y Santa Fe. Crean canciones con conciencia ambiental. Se sumaron al festival artistas invitados de todo el mundo. Conversamos con Ramiro Lezcano, docente, músico y coordinador general del proyecto.
Ramiro Lezcano, docente, músico y coordinador general del proyecto.
Canciones Urgentes para mi Tierra es un proyecto artístico-educativo que nace en las escuelas rurales de Córdoba y Santa Fe. Atravesados por problemáticas ambientales que les rodean cotidianamente y con otras que no son próximas a su ámbito, pero son parte del mismo flagelo que es el deterioro del hábitat, crean canciones con conciencia ambiental junto a los chicos y chicas de las escuelas y con la participación de artistas invitados de todo el mundo.
El objetivo es sumar y contribuir desde el arte a la construcción de una nueva conciencia ambiental y brindar nuevas herramientas pedagógicas de abordaje a esta temática.
El domingo 12 de noviembre se realizó en San Marcos Sud, Córdoba, el festival donde sonaron esas “Canciones Urgentes para mi Tierra”, junto a artistas que acompañan el proyecto coordinado por el profesor Ramiro Lezcano.
En conversación con La Ronda, Ramiro contó que “el proyecto nació hace 6 años”, cuando advirtió que en las escuelas de San Marcos Sud, pueblo donde vive, no había cargo de profesor de música, la formación artística no estaba contemplada.
Ramiro manifestó “me pareció algo bastante triste porque creo que el arte en general y la música en particular es una poderosa herramienta de transformación social” y agregó “le propuse a las docentes ir a esas escuelas a llevar música. Así empezó el proyecto y así fuimos descubriendo en esas escuelas que había problemáticas que nos angustiaban, como los desmontes masivos, las fumigaciones con agrotóxicos sobre las escuelas. Así que les propuse a mis alumnos, transformar esa angustia en arte y componer una canción.”
Ese fue el inicio en donde 6 escuelas se abocaron a la realización de la primera canción, compartieron sus emociones y sensaciones y Ramiro Lezcano fue quien armó la letra y música, para luego acercarse a grabar a un estudio. Desde ahí surgió la idea de invitar a artistas reconocidos para formar parte del proyecto. Quien se sumó en primera instancia fue el reconocido Pablo Milanés. Ramiro recuerda que el pedido de invitar a ese artista fue por parte de uno de sus alumnos, él creyó que era algo imposible de llevar a cabo pero luego, intentaron hacer contacto a través de una foto, con una pancarta para que le llegase al mismo Pablo Milanés. Fue así que días después tuvieron respuesta del mismo artista y formó parte de la grabación.
En seis años de vida de este proyecto, colaboraron más de 500 artistas de todo el mundo, editaron un disco, están prontos a editar el segundo, actualmente están filmando una película que se prevé el año que viene salga a la luz en Netflix a partir de una productora que colabora con el proyecto.
Ramiro Lezcano cuenta al respecto que “nadie cobra por su trabajo, ni los 500 artistas, ni los más de 200 estudios, ni los ilustradores, ni los ingenieros de audio, ni la gente que está filmando la película hace 4 años. Todos aportan su trabajo” visibilizando así el espíritu y esencia de este proyecto independiente y sin antecedentes en Argentina ni en Latinoamérica.
El domingo 12 de noviembre se mostró toda esta labor en vivo en San Marcos Sud, con la participación de artistas como León Gieco, Lito Vitale, Los Abuelos de la Nada, entre otros y la presencia de más de seis mil personas en el público.
De esta exitosa convocatoria, el profesor destaca “la federalidad, porque había gente desde Jujuy hasta la Patagonia, de la Costa Atlántica, de Corrientes, de Misiones, Entre Ríos, Buenos Aires… gente que vino de Perú, de Colombia. Querían venir porque era -el primer woodstock ambiental de américa -”.
La presencia de León Gieco fue particularmente especial, ya que es alguien muy representativo de las luchas sociales a través de la música y el arte. Lezcano dijo al respecto “si teníamos a León, es un ejemplo de ética artística , dijimos bueno, seguramente que se van a sumar otros artistas y así se sumó Mavi Diaz, Lito Vitale, y así una lista de 15 que dijeron que sí.”
Es importante destacar que las voces de más de 100 niños y niñas fueron las protagonistas en el escenario. Lezcano dijo que “yo entendí gracias a ellos que la utopía no es una mala palabra en este mundo pragmático, en este mundo oscuro, también se puede proyectar, se puede soñar y entender que este cambio de conciencia es con todos adentro si no es imposible, incluso abrazando a las disidencias, porque de eso se trata y esa es la naturaleza de este proyecto.”
Además remarcó “no estamos en contra de nadie, sino que a favor de la vida y transitando, rompiendo algunas estructuras que también son parte de esta coyuntura en la que vivimos” dejando en claro que el evento y el trabajo que implicó fue totalmente voluntario. Los artistas no cobraron y muchos no aceptaron el pago del traslado.
La próxima presentación del proyecto será participando en un recital de Divididos el 16 de Diciembre en el Kempes.