Desde hace seis años, bajo el concepto de “Escuela Viva”, la institución alberga entre el nivel inicial y primario, a 85 estudiantes y cuenta con un equipo educativo de 15 personas.
Anabel Uanino, Directora de la escuela Olga Cossettini de Tronco Pozo.
Conversamos con Anabel Uanino, Directora de la escuela Olga Cosettini de Tronco Pozo.
El concepto de escuela viva “tiene que ver con esta curiosidad y este movimiento tan innato de los niños de salir a buscar aquello que me atrae que me genera curiosidad, entonces pensar en una institución que habilite eso y que acompañe con un docente que pueda enriquecer todo aquello que me rodea por eso hablamos de aula abierta y de que la escuela está viva y que parte desde la experiencia, porque apelamos a eso a un docente que pueda convertir ese ambiente que nos rodea y que para el niño es ese mundo que va a ir descubriendo en contenido de enseñanza, el diseño curricular es organizar por áreas de conocimiento de manera sistemática la existencia de todo lo que nos rodea, nosotros partimos de pensar el día a día en la escuela, una organización específica, mucho trabajo colaborativo, mucho trabajo sensible hacia los niños, ir pudiendo descubrir en ellos qué temas les interesan, cómo aprenden, es pensar una escuela así, activa, que no sea estándar, que no sea predeterminada y que no pueda moverse esa estructura, que vaya acompañando los procesos del niño, pero también que se anime a salir de la escuela, del aula, que se anime a pensar que hay infinidad de espacios que pueden convertirse en un buen espacio de enseñanza-aprendizaje” expresa Anabel.
Explica que “la ‘dueña’ de la escuela es una fundación que fue creada en el 2015, cuando arrancamos con esta idea de continuar en los niveles obligatorios y oficiales un proyecto pedagógico que había nacido con una experiencia de niños muy pequeños”.
Este año se renovaron autoridades de la fundación y un grupo de 12 padres se incorporaron a la comisión ejecutiva que tiene como objetivo “por un lado trabajar en el funcionamiento permanente y por otro encarar el proyecto de construcción del propio edificio, ya que en este momento estamos funcionando nivel inicial en Chacra de Luna y para la primaria estamos en la calle Pedro Patat”. La fundación recibió una donación de una hectárea de terreno dentro del predio de Chacra de Luna, “ahora tenemos que construir nuestra propia casa y decidimos hacerlo con un método constructivo sustentable” explica la directora.
Asegura que en la fundación cuentan con “una agenda de actividades que vamos desarrollando con 2 objetivos, por un lado generar recursos económicos que necesitamos para funcionar y para crecer, y por otro lado que sean experiencias que nos enriquezcan como comunidad”.
Invitan a la comunidad a involucrarse en la construcción del edificio propio, ya sea desde donaciones o participando en los eventos que se llevan adelante. “En esta etapa constructiva tenemos algunos materiales básicos, pero básicamente es poder aportar con materiales para la construcción, con dinero a través de donaciones, también estar atentos a las propuestas de la escuela”.