La causa lleva más de once años recorriendo diversas dependencias municipales, provinciales y tribunales federales, y hoy se encuentra en el último paso del veredicto de la Corte Suprema de Justicia.

Silvia cuenta que en barrio San Antonio de la ciudad de Córdoba conviven con PORTA Hnos. desde hace muchísimos años: “De pronto nos pusieron una empresa de bioetanol, una mega fábrica, siempre con permisos precarios y sin estudios de impacto ambiental. Fueron obteniendo pequeños permisos a medida que se iba agrandando la empresa. Llegaron al barrio en el 95’, nosotros ya estábamos, en el 55’ el barrio San Antonio ya existía.” 

La mega fábrica “en un principio sólo se dedicaba a envasar el alcohol que traía desde los ingenios azucareros de Tucumán. En el 2009 con Giacomino tuvo su primer permiso provisorio, y en el 2012 se alía con la multinacional “Alfa Laval” y decide no traer alcohol de Tucumán sino hacerlo desde cero. Trajeron maíz transgénico desde los campos, saben que están cargados de pesticidas, lo acopian hasta el día de hoy en los silos al lado de las casas, lo muelen, lo fermentan, lo procesan, lo destilan y hacen su propio alcohol de cero.”

Si bien convivir con PORTA en el barrio siempre fue un problema para los y las vecinas, durante la pandemia se profundizó la producción volviéndose más peligrosa para la vida en el barrio. 

“La producción de bioetanol no solamente es altamente inflamable, una bomba de tiempo literal, sino que aparte ya se comprobó el daño genético en niños. Hicimos estudios de genotoxicidad en 2020, en plena pandemia, cuando el alcohol era indispensable para todo el mundo, PORTA Hnos. quintuplicó la producción de alcohol y nosotros estábamos encerrados en nuestras casas” explica Silvia. 

V.U.D.A.S realizó la denuncia en 2012 pero la causa se activó recién en el 2015. Estuvo repleta de irregularidades y fue “muy mal manejada por el fiscal José Mana”. La organización presentó un recurso de amparo en Tribunales Federales, y a pesar de que todos los fallos fueron favorables para los vecinos, la empresa nunca cerró. En 2019, el juez Hugo Vaca Narvaja confirmó lo que las vecinas venían denunciando y testimoniando: la fábrica produce bioetanol en un barrio residencial sin estudio de impacto ambiental, en incumplimiento de la legislación vigente. Sin embargo, en lugar de exigir el cierre inmediato de la empresa o aplicar el principio precautorio -que habilita determinar el cese de la producción ante el riesgo-, el juez le otorgó a Porta Hnos. diversos plazos de tiempo para que se adecúe a la ley. 

Al no ser escuchados por la Justicia de Córdoba, V.U.D.A.S decide presentar las denuncias en la Corte Suprema de Justicia: “Ahora estamos en la última instancia, apostamos una vez más con fe y esperanza a que la justicia comience a dar fallos que tengan que ver con la vida de las personas y no con el sistema económico” manifiesta Silvia y agrega: “Nadie dice que no produzcan pero no pueden hacerlo al lado de nuestras casas. Tienen que resguardar la vida, tienen que relocalizar la empresa y eso sólo lo puede determinar la Justicia.”