En la madrugada del domingo, en Paso Viejo, Joaquín Paredes se convirtió en una nueva víctima de la violencia institucional ejercida por la policía de Córdoba. El joven murió tras ser alcanzado por un proyectil de la policía cuando se encontraba  junto a otros tres amigos, quienes fueron heridos.     

“Se habla que hubo entre 20 o 30 disparos (...) podría haber sido un acribillamiento”, explicó a La Ronda, Susana Rosales docente del  IPEM 360 al cual asistía Joaquín.  

Esta mañana despidieron el cuerpo de Joaquín en el cementerio con gran presencia de la comunidad y de localidades vecinas.“Despedimos con mucho dolor y con impotencia porque una vez más el abuso policial de la provincia de córdoba sumó un hecho más de gatillo fácil”, señaló la docente Rosales y añadió que van a continuar movilizándose por el pedido de justicia.

Paso Viejo es un pueblo de 1500 habitantes, ubicado en el noroeste provincial, en el departamento de Cruz del Eje.

“El abuso policial en estas localidades es permanente y terrible. El abuso de poder y hostigamiento a los jóvenes es terrible, de hecho, Joaquin como otros jóvenes estudiantes, nos cuentan en las aulas la persecuta por parte de la policía”, sentenció.

 En este sentido, Susana remarcó que es necesario un “cambio estructural” dentro de las fuerzas de seguridad ya que considera que no se acaba con imputar a los cinco policías partícipes del hecho. 

  Susana comenta que la fiscal de la causa aceptó montar una oficina en el pueblo para que los pibes involucrados puedan dar sus declaraciones en ese lugar.   

Para cerrar, Susana dejó en claro que esto fue un eco de gatillo fácil y que hay mucha información errónea dando vuelta. “La policía disparó a sangre fría y no puede quedar impune”, concluyó.