Desde el 2015, Patrimonio Cultural de  Jesús María, trabaja en la puesta en valor de la Torre Céspedes, ícono de la ciudad, mejorando los ingresos y la accesibilidad. Esta iniciativa produjo que se pudieran explorar más sectores del espacio comprendido en la equina de la calle Colón y Cástulo Peña, llegando a encontrar, por ejemplo, baños subterráneos e incluso un túnel de más de 700 metros que cruza el centro de la ciudad. 

Si bien, la noticia cobró relevancia en estos días, Agustina Patiño, titular de Patrimonio Cultural, contó a La Ronda que desde el 2016 se viene trabajando en el despeje del área ya que conocían por “memoria oral” de la existencia de un canal que iba desde el río hasta el sector de la ruta 9. Esto obligó a cambiar los planes iniciales de re funcionalización de los ingresos, ya que por uno de ellos pasaba el acueducto. 

“Donde calculamos que estaba el canal comenzamos a despejar la zona, empezamos a cavar hasta que efectivamente encontramos la bóveda de ladrillos que cubre el canal. En algunas partes estaba dañada, otras en perfectas condiciones, y bueno, se destapó un tramo más o menos del ancho que tiene la casa que hoy está en el club social, que es hasta donde se podía acceder y se dejó descubierto para analizar qué acciones se podrían llevar a cabo en ese lugar”, relató Agustina. 

Cuando le comentaron el hallazgo a personal de Arqueología provincial, con quienes trabajan en asesorías técnicas, desde la institución, cuenta Agustina, les explicaron que es “una estructura peculiar” ya que no había registros en la provincia de yacimientos arqueológicos similares. 

El túnel comienza en el rio, cruza la calle Colón, el hotel plaza, la YPF de “Tretel” hasta perderse en barrio La Florida en cercanías de la ruta 9. Según los registros el trazado original era un brazo de riego a cielo abierto y se cree que por el crecimiento de la ciudad se vio la necesidad de taparlo. “Lo que se está investigando es si es el mismo canal que llevaba agua a Vicente Agüero” confirmó Patiño ya que aún no conocen la verdadera longitud. 

Consultada por la labor de recopilar información por medio del registro oral, Agustina lo describió como “fascinante” y que con todos los datos que obtienen “van armando un rompecabezas” para volcarlo en un plano de la ciudad.