El Colegio de Ingenieros Agrónomos dispuso que las recetas fitosanitarias pasa a ser una tarea registrable por los profesionales y con un honorario mínimo obligatorio de aportación. Esto generó preocupación ya que desde hace algunos años el estado municipal se hacía cargo de los costos del servicio de la receta. Temen que si no se resuelve se realicen aplicaciones sin recetas ni aviso.
Mariela Puerta - Desarrollo Productivo
La Municipalidad de Colonia Caroya manifestó su preocupación por la nueva regulación emitida por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Córdoba vigente desde el 2 de mayo del año 2019, donde especifica que la receta, que se desprende de una consulta fitosanitaria, pasa a ser una tarea registrable por los profesionales y con un honorario mínimo obligatorio de aportación.
Mariela Puerta, Ingeniera Agrónoma y técnica del área de Desarrollo Productivo de la Municipalidad de Colonia Caroya, dio más detalles de la situación en La Ronda.
La nueva regulación, entiende Puerta, fue para “proteger el rol del Ingeniero Agrónomo y salir a defender su profesión”. Mariela también explica que por cada receta expendida, el ingeniero debe aportar al Colegio Profesional y a la Caja de Jubilaciones, por lo cual se le complica no cobrar honorarios. Con la nueva disposición las recetas costarían de mínimo $1000, 70% de honorarios y 30% de aportes.
Desde hace algunos años, el municipio, en el afán de resolver conflictos por el uso de agroquímicos se hacía cargo del costo del servicio de las recetas. Salvo en el último año, que se les pedía a los productores extensivos – de más de 50 hectáreas - una mínima contraparte para el trabajo de la Secretaria de Control y Fiscalización.
De acuerdo al cultivo, varía la cantidad de recetas necesarias para realizar las aplicaciones durante el año. Las producciones de vid requieren de 5 a 7 aplicaciones anuales, los frutales 3 o 4, la soja o maíz 5 y los cultivos hortícolas alcanzan las 10 aplicaciones. Si la disposición continúa implicaría un alto costo para el productor o el municipio.
“Es una lástima porque en estos últimos años la mayoría de los productores hacen recetas y dan aviso al municipio a la hora de la aplicación. Esto hace que se lleve un registro de las aplicaciones que se hacen por día y su control”, señaló preocupada ya que la nueva disposición puede derivar a que los productores hagan aplicaciones sin autorización.
Colonia Caroya se ve afectada gravemente por la cantidad de productores que están radicados en la ciudad y es por eso que, junto a otros municipios en la misma situación, apelan a que el Ministerio de Agricultura tome cartas en el asunto y que inste al Colegio de Agrónomos a realizar una propuesta alternativa para estas ciudades. Puerta afirma que desde el Colegio están trabajando en la petición pero aún no tienen ninguna respuesta.
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