Desde 1996 estaba radicada la empresa brasilera en Jesús María y tras 23 años cerrará sus puertas el 1 de octubre dejando a más de 100 operarios/as sin empleo. Este viernes, cuando un grupo de empleados llego al establecimiento para cumplir con su jornada laboral, no se les permitió el ingreso y el director, Paulo Moura, les comunicó el cierre de la planta. 

Desde la compañía aseguraron a los empleados que pagarán el 100% de las indemnizaciones correspondentes. 

Mario Soria, delegado gremial, expresó en La Ronda que la producción en este último tiempo había bajado pero que no se imaginaban que “iba ser tan drástico”. Con respecto a esto, el operario comentó que "hace cuatro años vienen mal” y desde principios del 2018 firmaron un acuerdo para trabajar jornadas reducidas a fin de que nadie pierda el trabajo. Ello fue en respuesta al pedido de la empresa de “retirar el personal que sobraba”. 

Soria se sinceró y comentó que desde hace tres años la empresa daba perdidas y que la corporación “ve números, no familias”, en alusión a la determinación de dejar a un centenar de personas sin trabajo. 

“El poco producto que producíamos no alcanzaba para seguir subsistiendo, la gente lo sabía bien y siempre estuvo informada de todo lo que pasaba acá”, señaló Soria.